“Hace unos meses viajábamos sin rumbo fijo y a la aventura por la intrincada red de carreteras secundarias de Castilla la Mancha, con un mapa de mano y una vieja brújula como única guía. 

Tras una curva de cientos, parada obligatoria. Un rebaño de ovejas atraviesa la carretera. Nos bajamos del coche. El tiempo se detiene por un momento. Cientos de ovejas nos rodean, nos miran a los ojos y nos balan todas a la vez. Totalmente hipnotizados, regresamos al coche y continuamos nuestro viaje…”

Tras recibir el encargo por parte de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha para realizar el diseño artístico del stand para Fitur 2011, lo primero que se nos vino a la cabeza fue aquel rebaño que se nos cruzó en el camino unos meses antes.

Como sabíamos por normativa y sentido común que no podíamos contar con un rebaño de ovejas de verdad en las instalaciones de Ifema, empezamos a trabajar en el diseño de una oveja volumétrica a escala real, para integrarla en el stand como un simpático elemento caracterizador del paisaje manchego, que además pudiera interactuar con los visitantes. El objetivo que nos habíamos propuesto era la construcción de un rebaño de 20 ovejas, donde por supuesto, no podía faltar la oveja negra del grupo.

En las primeras fases del diseño del stand, pensamos en implicar a diversos artesanos de la región para la producción con materiales naturales, de un gran número de elementos presentes en la escenografía. Con este marco de diseño y analizando diversos materiales artesanales, vimos que el más indicado para construir el cuerpo de la oveja era el mimbre y para las patas y cabeza pensamos que la chapa soldada podría funcionar.

Pilar Balsalobre comenzó a realizar los primeros bocetos a lápiz, así como algunos modelos en volumen de la oveja, tratando de buscar la esencia de la forma y realzar la simpatía propia de este animal. Al mismo tiempo, Jorge O. Viñas modelizaba en 3D lo que podía ser nuestro primer rebaño de ovejas, para empezar a distribuirlas por grupos, en los casi 3.000 m2 con los que estábamos trabajando.

Contactamos en primer lugar con Ramón Recuero, un maestro en la doma de metales de Toledo, al que le contamos la idea de las ovejas y con una sonrisa de incredulidad nos habló de Antonio Martínez, un amigo suyo de Guadalajara que era muy bueno trabajando el mimbre.

En compañía de los dos artesanos, empezamos a devanarnos la cabeza para ver como podría realizarse, tanto el trenzado del mimbre, como los trabajos de forja.

Antonio Martínez nunca había realizado en mimbre una oveja, por lo que tuvo que poner a punto toda su habilidad en el manejo de este material y echarle una buena dosis de perseverancia e imaginación para encontrar la forma de realizar el cuerpo de la oveja en una sola pieza y que el resultado final se aproximara lo más posible a lo que habíamos diseñado.

Cada conversación telefónica con Antonio parecía una auténtica locura, “si puedes quítale algo de culo a la oveja y se lo das al cuello”, “el rabo un poquito más grande y más subido en el …”

Antonio no sabía que después de ese primer prototipo, un rebaño de ovejas le iba a acompañar en su día a día, a lo largo de los siguientes meses. Según iba avanzando el encargo, iba depurando la técnica de trenzado, todo esto unido a la observación minuciosa de un rebaño que pasaba todos los días junto a su taller. Antonio empezó a buscar una personalidad, una pose diferente para cada oveja, lo cual hacía aún más compleja la técnica del mimbre.

El siguiente paso para completar la oveja piloto, era realizar las patas y la cabeza para lo cual Ramón Recuero se puso manos a la forja. Tras los primeras pruebas comprobamos que el resultado obtenido era un poco peligroso por los filos que quedaban en la chapa y el procedimiento finalmente resultaba muy complejo y costoso.

“En casa de herrero, cuchillo de palo”, si no sirve el hierro seguro que la madera puede funcionar, pensamos. Nos pusimos en contacto con Neil Callaghan, un artesano artista de la madera y le planteamos el proyecto de las ovejas.

Con dos cuerpos de mimbre en el maletero llegamos a Luzón, un pequeño pueblo de Guadalajara donde hacía un frío que pelaba. Alrededor de una vieja estufa de leña, le mostramos a Neil los bocetos de las patas y cabeza para realizar en  madera. Con el tiempo en nuestra contra, los siete grados bajocero y un presupuesto muy ajustado, Neil nos regaló una mirada de niño sonriente y totalmente entusiasmado con el proyecto, comenzó a buscar soluciones técnicas para completar el prototipo de la oveja.

En un principio planteamos a Neil la posibilidad de tallar manualmente un original de las patas y cabeza en madera de pino, para después sacar copias en un pantógrafo y finalmente rematar artesanalmente cada pieza. Neil rehusó la idea y planteó tallar cada pata y cabeza a mano, pues cada cuerpo de mimbre tenía una personalidad propia y por tanto, no parecía servir un único modelo.

Por aquellas fechas todo el equipo de diseño y producción andaba un tanto nervioso, pues las navidades se nos echaban encima y nos quedaban multitud de elementos que terminar de producir. A mediados de diciembre vimos en el taller de Neil la primera oveja terminada.

En los siguientes meses Neil y su equipo de carpinteros empezaron a tallar las patas y cabezas para todo el rebaño, mientras les iban llegando los cuerpos de mimbre, por una empresa de mensajería.

El taller de Neil se convirtió en todo un foco de atención local, a lo largo del día se acercaban numerosos lugareños, además de las visitas del panadero, el pescadero y gentes de los pueblos de alrededor, que se acercaban para ofrecer sus impresiones del rebaño de mimbre y madera. Andrés, el alcalde de Luzón y muy conocedor de este animal explicaba a Neil el curioso comportamiento de las ovejas y sus diseños de manchas tan peculiares, enseñanzas que Neil iba materializando en sus esculturas.

Una vez solucionado el cuerpo de la oveja y ya en fase de producción pasamos a la siguiente fase del proyecto: dar voz y por tanto vida, a nuestro rebaño.

En el proyecto de diseño inicial imaginamos que cada oveja podía detectar la presencia cercana de un visitante y balar a su paso.  A esto lo denominamos unidad de balido y su explicación fue la causa de numerosos estallidos de risas incontrolables en serias reuniones con el cliente.

Para el diseño del módulo de balido contamos con Paco y Juan Francisco Briz, dos profesionales entusiastas de la electrónica. Tras varios días de diseño electrónico y programación, aparecieron en nuestro estudio cargados de multitud de extraños aparatos electrónicos, para realizar los primeros ensayos de audio.

Una célula de proximidad captaba tu presencia y le enviaba una señal a un MP3 cargado con un archivo de audio de un balido específico para cada oveja, ya que como en los rebaños de verdad, cada oveja tenía su propia voz.

Cada oveja a su vez estaba dotada de una unidad de radiotransmisión. Una vez que una oveja balaba, le enviaba una señal de radio a otras tres ovejas más, que balaban tras esta. El sistema electrónico funcionaba a las mil maravillas.

Mientras tanto y durante varios días, Neil hizo varios viajes Luzón – Madrid con la furgoneta cargada de ovejas, hasta que el rebaño completo acabó en nuestro estudio para el montaje de los módulos de sonido y la alimentación eléctrica.

Fernando Zazo y Juan Sigler fueron los cirujanos encargados de introducir e instalar todos los equipos eléctricos y electrónicos en el interior de la barriga de cada oveja.

Se desarrollaron dos modalidades para alimentar las unidades de audio y radiotransmisión, medio rebaño de ovejas eran autónomas a batería de 12V, y el otro medio con un enchufe a 220V.

Durante varios días el estudio se transformó en una granja, testeando el balido de cada una de las ovejas.

Ya en el stand de Fitur, las ovejas se emplazaron en varios grupos para que estuvieran presentes en toda la superficie. Debido a la fragilidad de las mismas, se decidió construir unos corrales de madera y cuerda para su protección.

Para rematar la faena, Toño Morales, nuestro diseñador gráfico, ideó una simpática señal que advertía a los visitantes de los distintos rebaños.

El diseño funcionó a la perfección, tanto a nivel técnico como estético y desde luego se convirtieron en unas de las grandes protagonistas del stand de Castilla la Mancha en Fitur 2011.

Texto: Carlos Jiménez / photoAlquimia©

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One thought on “OVEJAS DE DISEÑO”

  1. Que bueno. No lo habia visto. Me ha encantado recordar tantos buenos y regulares momentillos que nos hicieron vivir nuestras amigas. Las echo de menos 🙂

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